Los arrendatarios son los que enfrentan los peores momentos y evalúan refinanciar deudas,deberán echar mano a grano almacenado o a reservas de años anteriores.

Los daños provocados por la sequía en la agricultura ya son claramente palpables entre los operadores involucrados. Los productores mixtos que alquilaron campo y les fue mal analizan hacer frente a los pagos de esta época reduciendo su stock vacuno.
Asimismo los que sembraron soja están haciendo recuentos para estimar los rindes probables y para ver si vale la pena gastar el equivalente a dos quintales por hectárea para pagar el servicio de cosecha.
En ese sentido Las agrupaciones de siembra recibieron sogazos importantes. Un pool grande, que alquiló campos en distintas regiones, calcula que devolverá menos fondos de los que recibió porque estima rendimientos muy bajos en casi todos los lotes. Otra agrupación de siembra le avisó al dueño del campo que no va a pagar la última cuota del arrendamiento y ofreció cancelarla en tres pagos en 2024, con lo que también se asegura seguir en el campo.
En tanto, agronomías, cooperativas, acopios y compañías proveedoras de insumos saben que tendrán que refinanciar a muchos clientes. Una forma que se está analizando para ese objetivo es pasar la deuda en dólares a grano y sumarle una tasa de interés. Por ejemplo, si un cliente debe 430.000 dólares y no pueden pagarlos, ese monto se convierte en toneladas de soja de la campaña 2023/2024 y se le agrega un 5 por ciento.

Si la cuenta diera, por ejemplo, 1000 toneladas, el productor deberá devolver aproximadamente 1050 toneladas de soja en el otoño de 2024. Para el acreedor aparece el aliciente de que, nuevo gobierno mediante, la soja que reciba se podría llegar a vender a un tipo de cambio superior.